Desde el Consejo de la Juventud de Castilla y León, en colaboración con la Dirección General de la Mujer de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, se pone en marcha la campaña “Porn¡NO!” con el objetivo de desincentivar el consumo de pornografía.

Diferentes estudios afirman que, en la actualidad, la edad a la que una buena parte de niños comienzan a consumir pornografía es a los 8 años. A esa edad, el cerebro de una persona está en plena expansión y crecimiento, por lo que el consumo de pornografía puede acarrear consecuencias bastante negativas en este sentido, como la adicción y el cambio de la estructura y la química cerebral. Dichos cambios se manifiestan en forma de síntomas como la ansiedad, el estrés, la dificultad para concentrarse, cambios de humor sin motivo aparente, apatía, menos ganas de socializar, depresión, procrastinación…

El hecho de consumir pornografía de manera habitual significa que, de forma general, quienes lo hacen, necesiten estar durante más tiempo expuestos a este tipo de contenidos para poder excitarse, lo cual lleva a buscar contenidos cada vez más agresivos y peligrosos que nublan la capacidad de raciocinio y empatía por el simple hecho de no haber desarrollado aún un pensamiento crítico a través del cual comprendan que lo que están viendo es pura ficción y que para nada se asemeja con la realidad sexual de las parejas. A día de hoy, la falta de educación sexual en los centros educativos (y en la sociedad en general) hace que los y las jóvenes (y no tan jóvenes) se piensen que las acciones y comportamientos que ven en la pornografía sean una realidad que tratarán de reproducir en sus relaciones sexuales.

Más allá de estas “prácticas sexuales”, en la pornografía reside de manera implícita la normalización social de la violencia sexual hacia las mujeres por parte de los hombres. La idea de que el “no” de una mujer no quiere decir exactamente “no” sino “inténtalo un poco más”; que lo único que importa es la satisfacción masculina sin tener en cuenta los deseos femeninos. Esta es la educación sexual que está recibiendo la juventud hoy en día, algo que no nos lleva por buen camino como sociedad, pues excluye a la mitad de la población. Por este motivo, desde el Consejo de la Juventud de Castilla y León lanzamos la campaña “Porn ¡NO!” con el fin de desincentivar el consumo de ponografía y concienciar y sensibilizar acerca de las violencias sexuales que sufren las mujeres como consecuencia del consumo de pornografía .