Presentación Observatorio de Emancipación 2020 – Primer Semestre

Presentación Observatorio de Emancipación 2020 – Primer Semestre

El Consejo de la Juventud de Castilla y León junto con el Consejo de la Juventud de España, hemos presentado los datos de Castilla y León del Observatorio de Emancipación correspondientes al primer semestre de 2020.

Este Observatorio de Emancipación, lleva varios años desarrollándose desde el Consejo de la Juventud de España, ofreciendo una perspectiva cuantitativa y descriptiva sobre la situación de la juventud en lo que respecta a empleo y vivienda.

Los datos que han expuesto, hacen referencia al primer semestre de 2020 en el que se refleja como ha afectado toda esta crisis sobrevenida por la covid-19 a la juventud.

Algunos de los datos presentados han sido los siguientes:

  • Durante los últimos tres años Castilla y León ha presentado una caída sostenida de la tasa de emancipación en la población de entre 16 y 29 años, con niveles por debajo de la media española. En comparación con el segundo trimestre de 2019, la tasa de emancipación registrada un año después se mantenía en niveles parecidos: A mitad de 2019 el 15,4% de la población joven había logrado salir del hogar familiar y en el segundo trimestre de 2020 lo hizo el 15,5%, desmarcándose de la pauta general del resto de Comunidades Autónomas, donde se produjo de manera generalizada un fuerte descenso de la emancipación residencial en la población menor de 30 años.
  • En cuanto al nivel de estudios, con respecto al año precedente, el segundo trimestre de 2020 se reflejaba un descenso del volumen de personas jóvenes que completaron estudios superiores, reduciéndose en un 4,36%. A mitad de 2020 algo más de la cuarta parte, el 26,5% de la población menor de 30 años, había alcanzado estudios superiores. También, eran las mujeres quienes continuaban su itinerario académico en mayor medida que los hombres jóvenes. En efecto, más de la mitad de las mujeres con estudios superiores (el 52,7%) seguía ampliando su capital curricular, mientras que los hombres lo hacían en un 27,5%.
  • En cuanto a emancipación y nivel de estudios, entre la población joven española resulta frecuente permanecer en el hogar familiar durante la etapa formativa, instalándose de manera independiente una vez finalizados los estudios. Durante el segundo trimestre de 2020, apenas el 5,2% de quienes estaba formándose vivía de manera autónoma, frente al 28,3% obtenido por las personas que ya habían concluido sus estudios.
  • Corroborando las cifras extraídas del padrón municipal de habitantes, se constata que, de manera continua, Castilla y León pierde población joven por el mero hecho de que traslada su residencia a otras Comunidades Autónomas. En 2019, Castilla y León era, después de Ceuta, Melilla y Extremadura, la Comunidad Autónoma con un saldo migratorio interautonómico más negativo en términos relativos. En cifras absolutas, equivalía a afirmar que Castilla y León perdió más de 2.700 personas solamente por la movilidad interautonómica en tan solo un año.
  • A finales de 2019 la tasa de actividad era del 51,6%, mientras que en el segundo trimestre de 2020 descendió hasta el 46,9%. El descenso fue más pronunciado entre el colectivo femenino que entre el masculino, obteniendo unas tasas de actividad del 43,0% y del 50,7% respectivamente.
  • El desempleo aumentó 6,2 puntos porcentuales desde el segundo trimestre de 2019, hasta situarse en el 27,5% en el segundo trimestre de 2020.
  • La disminución de la tasa de actividad entre la población joven con estudios superiores, el colectivo con una mayor presencia en el mercado laboral, fue más intensa que en España (de 3,9 puntos en un año) y mucho más todavía entre las mujeres jóvenes con estudios superiores completados.
  • Uno de los aspectos que nos distingue a la juventud de Castilla y León del resto de Comunidades y del conjunto nacional, es la sobrecualificación. El 51,2% de la población entre 16 y 29 años con trabajo en Castilla y León estaba sobrecualificada en el segundo trimestre de 2020.
  • En las nuevas contrataciones efectuadas entre menores de 30 años predominaban los de duración temporal, para el 92,4%, en el segundo trimestre de 2020. La mayoría de los nuevos contratos celebrados pertenecieron a la tipología de eventuales (52,5%), seguidos por los de obra y servicio (32,4%). Y, tan solo el 7,6% de los pocos contratos celebrados, fueron de carácter indefinido.
  • Una de las consecuencias de la pandemia fue la destrucción de empleos ocupados por población joven, lo que hizo que en el segundo trimestre de 2020 aumentara fuertemente la tasa de paro afectando al 27,5% de las personas de entre 16 y 29 años en Castilla y León.
  • El coste teórico de acceso a la vivienda libre resultaba inasumible para una persona joven asalariada, ya que implicaría sobrepasar el umbral del 30% de endeudamiento máximo: el 63,2% del salario individual en el alquiler y el 40,0% en la compra con financiación hipotecaria.

Tal y como ha señalado Sandra Ámez, “Con todos estos datos que hemos abordador, podemos observar cómo se tratan de problemas estructurales que se han visto agravados por la pandemia generada por la covid-19, situando a las personas jóvenes en una situación aún más vulnerable.

La pandemia generada por la covid-19, ha traído consigo una gran crisis económica, en la que las personas jóvenes son las que han experimentado con mayor intensidad. Así se refleja, por ejemplo, en la tasa de paro juvenil, la caída de la tasa de actividad y en la caída de la tasa de empleo.

Antes de la crisis sanitaria, la juventud ya era el colectivo de edad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social, así como también el colectivo con mayor precariedad laboral. La precariedad laboral juvenil, en su mayoría con contratos temporales o que pueden extinguirse de forma rápida y sin apenas costes, ha significado que los contratos a personas jóvenes hayan sido los más destruidos durante la crisis sanitaria. Además, la juventud participaba laboralmente de sectores ampliamente afectados por la crisis, como son el comercio o la hostelería.

De cara a este 2021, es fundamental que las administraciones públicas y otras entidades, tengan en consideración las necesidades de la juventud a la hora de plantear medidas para la recuperación ante la crisis del coronavirus. No podemos ser otra vez el colectivo que se queda a la cola de la recuperación, sino que se tiene que poner el foco y el objetivo en la juventud de nuestra comunidad, planteando medidas y acciones que realmente frenen el paro juvenil y la inestabilidad económica a la que nos enfrentamos. Apostar por políticas de empleo juvenil, significa apostar por la juventud de la comunidad y, por consiguiente, frenar el éxodo de talentos de nuestra comunidad”.

Puedes descargar el informe completo del primer semestre de 2020, pinchando Aquí.

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