Presentación de los datos de Castilla y León del Observatorio de Emancipación correspondientes al primer semestre de 2021

Presentación de los datos de Castilla y León del Observatorio de Emancipación correspondientes al primer semestre de 2021

Este martes 19 de julio, el Consejo de la Juventud de Castilla y León junto con el Consejo de la Juventud de España y el Consejo Económico y Social de Castilla y León, han presentado los datos de Castilla y León del primer semestre de 2021 del Observatorio de Emancipación que elabora cada semestre el Consejo de la Juventud de España en colaboración con el Consejo de la Juventud de Castilla y León en la sede del Consejo Consultivo de Castilla y León.

El Observatorio de Emancipación Juvenil es una estrategia del Consejo de la Juventud de España con el que colabora el Consejo de la Juventud de Castilla y León para monitorizar los resultados sobre la juventud de Castilla y León ofreciendo una perspectiva cuantitativa y descriptiva sobre la situación de la juventud en lo que respecta a empleo, educación y vivienda.

Los datos presentados hacen referencia al primer semestre de 2021, siendo algunos de ellos los siguientes:  

  • Desde finales de 2017, Castilla y León ha presentado una caída sostenida de la tasa de emancipación en la población de entre 16 y 29 años, por lo que en el primer semestre de 2021 continuó descendiendo la tasa de emancipación situándose en el 14,7%.
  • En cuanto al nivel de estudios, los estudios secundarios postobligatorios continuaron siendo la categoría formativa más extendida, puesto que el 37,2% de las personas menores de 30 años había alcanzado dicho nivel formativo y, además, el 76% continuaban estudiando una vez alcanzado este nivel. Cabe señalar que las mujeres contaban con mayor nivel formativo que los hombres: el 30,0% logró finalizar estudios superiores frente al 21,9% de hombres.
  • En cuanto a emancipación y nivel de estudios, de igual manera que en el resto del país, la población joven de Castilla y León permanece en el hogar familiar durante el tiempo que está formándose, ya que establecerse en una vivienda independiente supone una serie de gastos que pocas personas estudiantes pueden asumir.
  • Otra particularidad de Castilla y León fue su saldo migratorio interautonómico negativo. Durante el 2020, obtuvo un balance negativo de 959 personas. Por lo tanto, desde 2008, Castilla y León ha perdido población joven de manera sistemática por las emigraciones hacia otras comunidades autónomas.
  • El año 2019 se cerraba con una tasa de actividad del 51,6% mientras que a mediados del 2021 fue del 48%.
  • De entre todos los contratos registrados en el primer semestre de 2021 en Castilla y León, casi la totalidad (el 92,7 %) fueron de carácter temporal. La contratación de duración indefinida sumaba apenas un 7,3 % de todos los nuevos contratos.
  • Castilla y León registró el mayor aumento de la tasa de paro juvenil en España, que pasó del 22,9% al 27,1% entre el segundo semestre de 2020 y el primer semestre de 2021.
  • Adentrándonos en términos de pobreza y exclusión social, La tasa de pobreza o exclusión social (AROPE) de la juventud castellanoleonesa se situó en un 18,9 % en 2020.
  • Para una persona joven asalariada el pago de la vivienda no resultaba viable sin sobreendeudarse: una persona joven debería destinar el 56,3% de su salario para el pago de la renta de alquiler y un 33% para la cuota hipotecaria. En cuanto al coste efectivo de la vivienda, el importe medio que pagaban por la vivienda las personas jóvenes de Castilla y León que lograban emanciparse en alquiler era de 300,68 euros mensuales en 2020, sin contar el coste de suministros u otro tipo de costes.

Tal y como ha señalado Sandra Ámez, “El colectivo juvenil está inmerso en una precariedad y fragilidad laboral, que repercute en las expectativas y proyecto vitales de la población joven, conteniendo nuestros procesos de emancipación residencial a la espera de alcanzar una estabilidad laboral y económica, porque como hemos visto, tener un empleo, no asegura entre el colectivo juvenil, el no estar en riesgo de pobreza o exclusión social. Necesitamos políticas públicas de juventud para, desde y con la juventud”.

Puedes ver el estudio completo, pinchando aquí

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