MANIFIESTO 1 DE MAYO

MANIFIESTO 1 DE MAYO

Desde el Consejo de la Juventud de Castilla y León, reivindicamos en el Día Internacional del trabajo, la situación socioeconómica actual tan complicada que están pasando las personas jóvenes debido, entre otros aspectos, a la crisis de inflación en la que nos encontramos.

La presencia de personas jóvenes activas laboralmente fue mayor que en el semestre anterior, reflejado en un aumento de la tasa de actividad de 1,7 puntos, lo que significaba una tasa de actividad joven del 51%. Esta tasa es muy similar, aunque ligeramente inferior, a la previa a la irrupción de la pandemia, la cual se situaba en el 51,6%.

Teniendo en cuenta la población ocupada, la entrada en vigor de la reforma laboral en diciembre del año anterior todavía no significa una mayor estabilidad para quienes estaban trabajando. A mediados del 2022, el 38,5% de la población joven activa estaba empleada y, de este porcentaje, el 92% por cuenta ajena.

Además, en este semestre queremos romper con el discurso acerca de los “ninis” y queremos mostrar la realidad de las personas jóvenes, la gran cantidad de jóvenes que estudian y trabajan a la vez. Actualmente, algo más de un tercio de la población joven, el 35,5%, estudia y trabaja a la vez, siendo esta tasa superior entre las mujeres, con un 45,4%.

Si observamos la contratación registrada, en el segundo trimestre de 2021 el 7,3% de todos los nuevos contratos suscritos por jóvenes eran indefinidos, mientras que en el año 2022 ascendía hasta el 35,5% la contratación indefinida. No obstante, todavía había más contratos temporales qué indefinidos, ya que el 64,5% de los contratos registrados han sido contratos temporales.

A pesar de esta notable mejoría en la contratación registrada, comenzamos a hablar de “personas trabajadoras pobres”, ya que se observa un empobrecimiento y mayor riesgo de exclusión social de las personas jóvenes en la comunidad que en el año anterior, situándose el 25,8% de las personas jóvenes en una situación socioeconómica vulnerable, con un aumento de casi 7 puntos.

1 de cada 4 personas jóvenes de Castilla y León estaba en riesgo de pobreza y exclusión social y, en el caso de las personas jóvenes que trabajan, 1 de cada 5.

Teniendo en cuenta el efecto de la inflación, el Índice de Precios al Consumo (IPC), experimentó en el segundo trimestre de 2022 un mayor incremento en Castilla y León, produciéndose una pérdida neta de poder adquisitivo entre la población joven, ya que los salarios de las personas jóvenes no crecieron en la misma medida Actualmente, el salario medio de una persona joven se sitúa en los 11.353,06€.

No obstante, el salario medio de una persona joven en Castilla y León siempre ha ido disminuyendo en términos reales, de manera que en el segundo trimestre de 2022 era un 26,7% inferior al de comienzo de 2008.

Todo ello, ha repercutido en los procesos de emancipación de las personas jóvenes. Únicamente el 14,9% de las personas jóvenes se han emancipado en Castilla y León, siendo la edad media de emancipación los 29,8 años en España.

Teniendo en cuenta el acceso de la población joven a la vivienda, los alquileres aumentaron un 4,3% en un año y los precios de compraventa un 4,0%.
Para alquilar una vivienda, una persona joven tiene que destinar el 61,7% del salario neto (8 puntos más que en el semestre anterior) y para la compra de una vivienda el 37,1%, sobrepasando en ambos casos el umbral de sobreendeudamiento.

Además, la compra requiere un ahorro previo antes de formalizar una hipoteca de 2,6 veces el salario anual percibido por una persona joven, sumando 29.993,40 euros.

Esta realidad es una odisea para la precaria situación de las personas jóvenes que siguen viendo, en muchos casos, como se truncan sus posibilidades de obtener un empleo de calidad con un sueldo suficiente que no provoque un endeudamiento para poder emanciparse y desarrollar plenamente su vida personal y profesional.

A esto, se suma que en diferentes espacios de la sociedad ya se empieza a hablar de personas trabajadoras pobres, por lo tanto, el empleo ya no garantiza ser ajeno a la situación de vulnerabilidad y de riesgo de exclusión social.

Por todo ello, la población joven de Castilla y León, instamos a las administraciones públicas a invertir en juventud y a asegurar políticas de Juventud que palien la situación de vulnerabilidad de las personas jóvenes.

“ Es fundamental apostar por el desarrollo de un plan de empleo joven en Castilla y León, que contemple medidas específicas para el colectivo juvenil ” .

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