“Estoy jodidamente furiosa”, sentenciaba una eurodiputada el pasado jueves, respecto a los datos estremecedores de violencia machista. Los titulares sobre mujeres agredidas o asesinadas por cuestión de género se repiten día tras día, ante la impasividad de algunos responsables políticos y parte de la sociedad.

En Castilla y León, este problema adquiere grandes dimensiones. Ya supera la cifra de 2.400 la cantidad de mujeres víctimas de violencia machista, que han necesitado protección oficial en lo que va de año en la comunidad. Esto supone un aumento de un 19% respecto a las que se notificaron en todo 2022.

Los informes publicados en los últimos años revelan una preocupante tendencia entre la juventud. Cerca de un cuarto de las mujeres asesinadas por su pareja o expareja desde que se tienen registros no superaba los treinta años. En esta franja de edad, se dan también muchos otros tipos de violencia de género (sexual, física, psicológica…).

Los roles de género y los estereotipos conducen a conductas abusivas por parte de los jóvenes varones hacia las mujeres de su entorno, que sufren situaciones de control, presión y agresiones verbales de forma frecuente. Resulta alarmante, además, el aumento de jóvenes que consideran que la violencia de género se trata de un “invento ideológico”, lo que les hace más susceptibles a ejercerla ellos y no detectarla, en el caso de ellas.

En diciembre de 1997, Ana Orantes denunciaba ser víctima de violencia de género en un programa de televisión. Trece días después, su marido la asesinó. Han pasado muchos años desde entonces, cuando este suceso conmocionó a gran parte de la sociedad y puso el foco sobre este problema. En este tiempo, se han producido numerosos avances: la publicación de informes, el aumento de interés mediático sobre este asunto, la contabilización oficial de víctimas, la aprobación de leyes, el número de atención 016…

Todo ello ha estado acompañado de una movilización masiva en las calles, protagonizada por mujeres que se dejaban la voz para reivindicar acciones efectivas contra la violencia machista. Pese a todos los logros alcanzados, no se pude considerar todavía una cuestión superada, ni está cerca de ello.

Este verano, la agresión de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, en la final del Mundial que ganó la selección femenina española de fútbol, generó una importante reacción de condena, pero también de apoyo al agresor y acoso a la víctima. Esta situación recuerda que aún queda mucho trabajo por hacer.

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Por todo ello, el Consejo de la Juventud de Castilla y León lanza este 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lanza una campaña para tener presente el camino recorrido, pero también todo lo que queda por andar. Los calcetines “Camina por la igualdad” representan la diversidad de mujeres susceptibles de ser víctimas de violencia de género, porque no existe un perfil, aunque se haya pretendido ofrecer esa imagen durante años. Además, recuerda la necesidad de moverse para lograr un cambio real, como único antídoto para los casos de violencias machistas, que ocurren amparadas por la inacción.

En el CJCYL, sabemos que es muy importante ponerse las gafas violetas, pero creemos que no es suficiente. ¡Ponte también los calcetines violetas y camina por la igualdad!